Carlos
Sánchez
De
pronto lo imposible ocurre. Un disparo, dos, tres. Los muchos click en las
cámaras. Las miradas indagando el interior, el hábitat. Pergeñar con la vista
lo que se puede, lo que se tiene.
Lo
imposible deja de serlo, porque en el interior de una celda una cámara
fotográfica es realidad. Y retratar lo ídem.
En el
marco de Fotoseptiembre Sonora 2013, la fiesta de la imagen también dentro de
la cárcel, allá donde los menores de edad cumplen una condena, a manera de
infracción.
Desde el
Instituto Sonorense de Cultura, a través de un taller impartido por Alonso
Castillo, fotógrafo, Carlos Sánchez, escritor, los jóvenes para aprender y
decir lo aprendido. Y concluir con la exposición que por nombre lleva Desde adentro.
Alonso
Castillo es fotógrafo de amplio bagaje. Con su mochila al hombro asistió
durante los días de julio a ofrecer este taller de fotografía creativa. Dentro
de un aula, con diez alumnos, compartió los conceptos y criterios fotográficos.
Luego la sorpresa para los educandos, en sus manos cámaras desechables y la
felicidad haciéndoles temblar las manos, porque el deseo de disparar los
invadió.
Pasaron
los días y así la construcción de un discurso fotográfico desde los chavos.
Pasaron los días y hasta llegar al catorce de septiembre, sábado por la mañana,
y en el mismo espacio que habita, Centro Intermedio del ITAMA, las fotografías
expuestas para los padres de familia que visitan a sus hijos, también para las autoridades,
guardias y directivos, para los mismos jóvenes como espectadores.
Allí la
fiesta, la alegría, el saber y reconocer que en cualquier espacio, mientras
haya herramientas y deseo, creatividad, la cimentación de una historia, o
muchas historias, son posibles.
Las
historias están allí, sobre esas mamparas que fraternalmente un día antes Fidel
y Nacho, museógrafos ambos, instalaron. Y no sólo eso, los museógrafos
compartieron su conocimiento con algunos jóvenes que dispuestos echaron la mano
en el montaje, en la colocación de las mamparas, las fotografías.
En esos
días de tallerear, el maestro Castillo pidió a sus alumnos que escribieran
respecto de su sentir sobre el hecho de hacer fotos. Aquí compartimos algunas
de las opiniones. Los chavos, por cuestión de una ley que protege la identidad
del menor, firman sólo con su nombre tales testimonios.
Abisael:
"La fotografía para mí era como
un retrato cualquiera, como nomás tomar la cámara y poner al mono en medio y
ya".
Cristian:
"El taller de fotografía es algo
que me gustó mucho, algo que me hizo ver imágenes de otra manera. Poder tomar
fotos me hizo crecer, ya que con cada disparo iba formando lo que vivo aquí
adentro y lo que es mi vida".
Juan:
"El estar en el taller de
fotografía es algo diferente que nunca lo había vivido, no me había dado cuenta
que al tomar una foto se queda en una hoja de papel un momento de tu
vida".
Heriberto:
"El taller de fotografía es una
oportunidad bien chila que me ayudó a ver las fotos de otra manera y también
sirvió como terapia, estando en el taller me sentí libre de congelar el momento
que yo quisiera".
Omar:
"La fotografía es un recuerdo que
se queda congelado para siempre en un simple pedazo de papel pero ese pedazo de
papel pauseado te deja mucho, alegrías, tristezas…"
Un paso más hacia el aprendizaje, la
gratitud dicha por los educandos, allí mismo, mientras ya el listón imaginario
se rompía para declarar inaugurada la exposición Desde adentro. Después vendrían las palabras para reiterar la
emoción, algunas canciones dichas a manera de rap, escritas por los noveles
fotógrafos, expuestas con la misma emoción que sintieron al disparar sus
cámaras.
me hubiera gustado asistir a ver que ondas con los morros, ojala el mensaje y la emocion les recuerde algo al salir y su vida cambie en todos los sentidos, chilo one como dicen por ahí falaicidades lcoos Carlos y Alonso por su trabajo
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