Miguel Galaz y
sus anécdotas de fotógrafo, entre la que destaca esa conversación con Luis
Donaldo Colosio, quien alguna vez le comentó que le habría gustado dejar la
política para convertirse en fotógrafo
Carlos Sánchez
Un día lo miré con los ojos abotagados, contándome el recuerdo de una
foto atrapada, construida, desde sus ojos. Pero antes lo había visto en un
evento artístico, en otro más. Y así todos los instantes, con su cámara al
hombro, retratando la vida como una vocación definitiva.
Entonces supe que a Miguel Galaz lo eligió la fotografía. Entonces me
atreví a correr el riesgo de pedirle una entrevista, enterado de su humildad y
de la posibilidad de la negación para hablar sobre su trabajo, me arriesgué. Y qué
bueno, porque aquí y ahora los lectores encontrarán los motivos de un fotógrafo
cuyo archivo es imprescindible en la historia del arte en Sonora.
A Miguel le viene el recuerdo de su primer contacto con la fotografía, y
la cuenta también con esa misma alegría de la primera vez:
“De la primera cámara no recuerdo, lo que sí recuerdo es que mis
hermanos, que fueron fundadores de los canales de tv locales 12 y 6 llegaban a
la casa con cámaras y rollos de películas tanto de cine como de foto, y nos
ponían a jugar carreras a mí y a mis amigos para ver quién enrollaba primero
tantos metros de película. Las cámaras mías eran una caja de zapatos y yo
metido en una caja de madera de un rollo de cable que dejó la Comisión Federal
de Electricidad tirada y de ahí cazaba
lo que pasara por ahí, generalmente eran cachoritas (lagartijas) o gatos.
-- ¿Cómo te
conviertes en fotógrafo?
Todo se fue dando, yo ya lo veo como problema genético (jajaja) porque
cuando estaba en el barrio con mis amigos decía ‘ira como pa’ una foto’, nunca
me entendían. Me tocó tomar las fotos del salón en primaria con cámaras que no
eran mías, no veía lo que hacía (en el doble sentido), ni las fotos, hasta que
se revelaban. Lo que hacía era por inquietud y no lo veía. Ya como de 14 años
me hallé una cámara de cine de 8 mm (entre la basura de pedacería de películas
porno, sin saber que en esa esquina estaba una productora) y entre cuatro
compramos película, nos fuimos a un terreno y les filmé a mis compas rampeando
en las bicis.
Ya en prepa envidiaba a los popillos
que llevaban equipo bien chingón y tomaban las fotos de sociales; los envidiaba
tanto por el equipo como por el acercamiento con las morritas. Ya por azares
del destino entro a canal 12, y ahí aprendo
a revelar cine y foto, ya que en ese entonces los comerciales se hacían en cine
en 16 mm y foto. También empiezo a conocer a gente del medio.
-- ¿Qué es lo
que más te ha enseñado la fotografía?
Entre muchas cosas, a saber mirar y no solo ver. Siento que a este mundo
ya le hace falta que lo mires y no solo que lo estés viendo. También a que te
conozca gente y te recuerde por tu trabajo y yo reconocer a gente que trabaja
mucho y que a través de una foto ese recuerdo se quede aquí en tu corazón o en
el rincón que se decida tener.
-- Indudablemente
has cubierto muchos eventos artísticos, pero también incesantemente has
cubierto Un Desierto para la Danza, ¿qué significa este festival para ti y qué
ponderarías de él?
Desde un principio el Desierto me impactó coreográfica y
fotográficamente: ha sido el mejor cuadro hablando de pintura, el mejor drama
hablando de teatro, el mejor set
hablando de iluminación y la perfección en el cuerpo humano hablando de
estética. No lo cambiaría por nada, ya que fue donde se quedó mi impresión como
fotógrafo. El Desierto también ha sido la base para todas las generaciones de
la carrera de Ciencias de la Comunicación y para mí también.
-- Cuéntame
alguna anécdota de tu trabajo que te haya marcado la vida.
Por ejemplo cuando voy al Festival en Álamos me hablan en inglés, creen
que soy gringo. Otra que me acuerdo, rápidamente, en Nogales los compas del PRD
corrieron por la banqueta cuando me miraron con un monopie debajo del brazo,
creyeron que era una cuerno de chivo y como estaban poniendo carteles políticos
en un área que no les corresponde, pues pensaron que iba sobre ellos.
En Agua Prieta los panistas me pegaron una correteada porque pensaron
que les estaba tomando fotos para el PRI (ni al caso) pero por lo mismo, ya que
iba en chinga me tuve que refugiar en el edificio del PRI (jajajaja ¡sí me iban
a linchar, neta!). La otra, una balacera entre ejidatarios en Huásabas, muy cabrón
estuvo. Otra, el culatazo que me pegó un soldado cuando me vio que no traía
gafete: se despedía en el aeropuerto de Hermosillo el presidente Salinas, en
ese entonces tomaba cine en 24 mm, y con el jodazo, sin dejar de filmar, me fui
trastabillando entre las banderas, y al salir de las banderas me quedó a cuadro
el presidente dando el adiós, entonces ese movimiento brusco lo convertimos a cámara
lenta y se vio bien chingón.
Ya por último el “bautizo de los pilotos” dando piruetas a los novatos,
pero primero te dan desayuno, yo les agarré la onda y no quise, nomás me amarré
bien, y otra más, unas tomas en helicóptero sin puertas para el gobierno
federal en la mina Lampazos, esa vez bajé ronco por los golpes de temperaturas
bruscas, parecían golpes con hielos y luego con brasas; en Magdalena después de
tomar video en un acto político, subiéndome al carro pick up, a mi espalda una
voz me dice ‘¿vas pa’Hermosillo?’ Sí, dije. Íbamos tres; en el medio, cuidando la
cámara y preguntando cómo trabajaba y que le gustaba la locución y poesía y que
cambiaría la política por ese trabajo, le dije ‘¿de veras la cambiarías?’
Claro, me dijo con una carcajada… ‘Por supuesto que sí lo cambiaría’. Era
Colosio.
-- ¿Qué
sientes en el momento antes de aplastar el disparador?
Sudo, respiro profundo, la neta sudo mucho, y la gente se saca de onda
ya sea por el sudor o por lo rápido para tomar la foto. Siento y sudo casi lo
mismo al retratar un paisaje que me encantó o un desnudo (sí es posible), ‘uumm
que chiste me dicen, ¿ya?’. Otros me han dicho que qué apasionado soy, porque
espero y espero (soy un cazador)... cada quién. Por ejemplo en el trabajo puedo
ir y tomar una sola foto y ya, pero siempre traigo desde diez a cien y meto en
broncas a quien selecciona porque no haya cual escoger; es la neta y lo hago
espontáneamente.
-- ¿Qué
trabajo fotográfico que no hayas hecho te gustaría hacer y por qué?
Siempre he soñado trabajar para National Geographics (es un sueño), o en
algún proyecto similar en México o Sonora, porque me gusta la flora y fauna, es
mi pasión por naturaleza, ya de jodido en el Centro Ecológico que mucha falta
les hace. Me falta la foto acuática, tirarme en paracaídas, escribir algo
mientras voy en el frente de un tren a toda velocidad por la Sierra Tarahumara,
y matar el miedo a los barcos (odio el Titanic
historia muy traumática para mí). Chistoso, me han tocado peligros y subirme a
los barcos me da pavor. Y si me
preguntas por lo que no me gusta, y no me sale, te diría que es la foto de
sociales.
-- ¿Cuál es la
situación de la fotografía en Sonora?
No lo sé a exactitud, no sé cuáles sean las tendencias este año, por
ejemplo en 2012 un tema fue la gastronomía. Lo que puedo decir es que he visto poca
participación en el único concurso de Foto Creativa, participación en el
sentido fotográfico; veo que se inscribe mucha gente pero tirándole a la lotería con el jurado, es mi humilde
opinión. En lo personal no me gustan los concursos, ni de foto ni de belleza,
me gusta la competencia y la participación: “yo participo contigo si me invitas,
yo compito contigo en un proyecto y del tuyo y el mío hacemos uno mejor”.
-- Y ya en el
preámbulo del final, ante tanta revelación y sorpresa, le pregunto a Miguel si
desea agregar algo, por favor. Sin
pensarla brinca como liebre:
Muchísimas gracias por tu interés para conmigo, lo que puedo agregar es
que a los estudiantes o a quien le guste la foto, que la vean como algo íntimo,
con mucha pasión, lealtad y no solo pa’l face. Gracias, Carlos.
Con el Miguel aprendí a dejar de tenerle miedo a la foto. Me da gusto leer de él.
ResponderEliminarSaludos.