Carlos Prieto
(Foto: Miguel Galaz)
Carlos Sánchez
Su mirada, incluso, tiene ritmo. Y mira como miran los
que no tienen nada que perder. Anda, también, con paso generoso, sin pose ni
búsqueda de reflector.
Carlos Prieto es todo eso que dicen los críticos de la
música. Es también de manera concisa lo que un día apuntalara con precisión el
escritor colombiano Gabriel García Márquez: “Desde muy niño tuve un interés
natural por la música, pero no se me reveló como la pasión mayor de una vida
hasta la noche milagrosa en que descubrí el alma del chelo en las manos de
Carlos Prieto”.
Un día el periódico El País, de España, destaca la
ejecución de Prieto “en las primeras filas de la violonchelística actual. No
sólo un virtuoso sino un artista completo”. Esto lo afirma y firma el
articulista Enrique Franco.
La trayectoria es amplia, el currículum ídem. Y la
necesidad de contar historias con la pluma, así como con el chelo, un
acontecimiento permanente en Carlos Prieto.
Hoy le tocó a la ciudad del sol el calor en las notas
desde las manos y el talento del violonchelista. El colofón de un encuentro
musical como celebración del Día Internacional de la Música donde Augusto
Novaro y Emiliana de Zubeldía marcaron la pauta con su legado.
Carlos Prieto ayer en un concierto en el Teatro de la
Ciudad de la Casa de la Cultura. Aquí y ahora él mismo con las palabras a
manera de conversación:
--¿Cuál
es tu sentir por venir a Hermosillo a participar en el festival del Día
Internacional de la Música?
--En primer lugar me honra decir que he tenido la fortuna
de venir con frecuencia a Sonora, he recorrido muchísimos lugares de este Estado
que me gusta mucho, y ahora vengo con motivo del Día Internacional de la Música
y he venido a participar en el concierto de clausura de estos días que han sido
dedicados a explorar todo lo que hizo la maestra Emiliana de Zubeldía y Augusto
Novaro con su nuevo sistema de construcción de la música, y para mí ha sido un
honor participar en el programa de clausura, tocando el concierto de Dvorák
para chelo y orquesta, uno de los conciertos más importantes para el
violonchelo.
--En
2007 obtuviste la Medalla Alfonso Ortiz Tirado, en el marco del Festival del
mismo nombre, ¿cuál es tu opinión sobre la importancia de este festival?
--Me parece que es un festival de una gran importancia,
porque en esta zona del país no solamente Sonora, sino en esta región del país,
es el principal festival que existe. Hace algunos años cuando me dieron la
Medalla Ortiz Tirado, yo le dije al que era entonces director de cultura
(Fernando Tapia Grijalva) que habría un error porque sabía yo que las normas
eran que se daba exclusivamente a sonorenses distinguidos y le dije yo no soy
sonorense, él dijo, es que contigo empieza a ampliarse el otorgamiento del premio
y se va a dar no solamente a sonorenses, entonces para mí fue un gran honor
recibir el premio en Álamos, precisamente. Además he venido a Álamos en varias
ocasiones, y he tocado en Álamos un concierto para violonchelo y orquesta que
me dedicó un alamense muy distinguido que es el compositor Arturo Márquez. Me
parece que este es un festival fundamental para México.
--Hay
algo que seguramente te lo han mencionado mucho, esto sobre el comentario que
hiciera Gabriel García Márquez donde habla de la revelación de la música al
escucharte. Tomando en cuenta la grandeza del Gabo, ¿qué impresión te causa que
haya hecho ese comentario?
--Que le estoy profundamente agradecido, y que como le
dije a él: “Gabo, me parece que estás exagerando considerablemente”. En fin. Eso
es lo que escribió él y se lo agradezco muchísimo, es muy buen amigo desde hace
muchos años, y yo atribuyo más esa frase a la amistad que a la verdad.
--¿Qué
es para ti el chelo?
--El chelo pues es un punto fundamental de mi vida.
--¿A
qué edad de tu vida llega el chelo?
--El chelo llegó a los cuatro años de edad, empecé a
estudiar a los cuatro años, y a los seis o siete años ya tocaba cuartetos, a
los trece o catorce ya había dado bastantes conciertos, inclusive conciertos
con orquesta.
--El
chelo seguramente te ha generado muchas emociones, alguna que se te venga a la
mente y nos puedas contar.
--Lo que tengo muy presente es que el chelo con el que
normalmente toco, me interesó tanto su existencia que me dediqué muchísimos
años a escribir e investigar la vida de ese chelo como si fuera yo un detective,
investigué en gran detalle toda su vida, desde el siglo XXI hasta su nacimiento
en 1720, y de ahí salió un libro que se llama Las aventuras de un violonchelo y ese libro no hace más que enriquecerse con cada nueva gira que hago.
--Sobre
la literatura, ¿qué importancia tiene en tu vida?
--Tiene una importancia grande. He sido durante muchos
años un gran lector, en distintas lenguas, y he escrito un buen número de
libros, y debido a esto hace dos años, para gran sorpresa mía, fui nombrado
Miembro Titular de la Academia Mexicana de la Lengua, miembro de número, y el
año pasado la Academia Ecuatoriana de la Lengua me nombró Miembro Honorario
correspondiente de la Española. La literatura es un aspecto fundamental de mi
vida.
--¿Cuál
es el texto que te haya impresionado hasta decir, por qué no lo escribí yo?
--Eso nunca lo he pensado. Estabas hablando hace ratito
de Gabriel García Márquez, pues entre los libros que más me han impresionado
están muchos de él, y naturalmente que nunca he pensado esto debería yo haberlo
escrito, esto lo podría yo haber escrito, los libros de García Márquez no los
puede haber escrito sino el Gabo.
--¿Qué
me puedes decir de la poesía?
--La poesía me interesa, pero no soy tan sensible a la
poesía como lo soy a la música, o como a otros aspectos de la literatura, pero
me interesa.
Desparpajado,
despreocupado, al final de la conversación, Carlos Prieto pregunta: ¿Esto lo
van a editar?