miércoles, 11 de septiembre de 2013

Un beso puede ser la vida como la cuentan los demás



Fernando Muñoz

Carlos Sánchez

Actor, dramaturgo, director. Fernando Muñoz se mueve como pez en el agua. Más bien como pez en el teatro. Un día escribe una obra dramática, otro día hace una reseña sobre alguna puesta, alguna noche toma el micrófono y al aire entrevista a un actor o bien da sus conceptos sobre teatro.

Hoy le toca estrenar la puesta en escena de esa obra que él mismo escribió: Bésame mucho. Será en el Teatro Emiliana de Zubeldía. Septiembre doce y trece. A las ocho de la noche. Aquí las preguntas para Fernando. Aquí las respuestas de Fernando:

--¿Por qué bésame mucho?

--Porque es un texto que habla sobre el amor. Es un título emblemático, ¿no? Es una famosa canción de Consuelito Velázquez, pero ¿quién no la conoce y también quién no la ha cantado? Bésame mucho es una obra de descubrimientos, como la misma canción, pero no se basa en ella; es más un simbolismo metafórico porque me apropio del beso para contar una historia de amor entre dos jóvenes mujeres, adolescentes ambas que se encuentran en el caos de la disyuntiva, de la decisión. Un beso puede ser la vida como la cuentan los demás o la vida como yo la quiero, como la quieren ellas o como la queremos cada quién. Bésame mucho no es una paráfrasis sobre las relaciones entre parejas del  mismo sexo, es una puesta en escena que intentará recrear una acto de amor.

--¿A qué se aspira cuando se monta una obra?

--A ganar. Puede ser una respuesta resolutiva, pero no; me refiero a tener éxito, tomando en cuenta que el éxito es hacer lo que nos gusta, y eso es el teatro.

--¿Qué necesita el teatro para atraer públicos?

--Verdades, en primera instancia. Difusión a gran escala, y con esto me refiero a utilizar los medios que la gente acostumbra a ver, escuchar, pero para eso se necesita dinero y los artistas no lo tenemos, entonces aquí entra la gestión cultural y el deseo de que por fin las instituciones culturales participen en la expansión de las artes. Debe de haber un presupuesto que al rubro sea enfocado  a subsanar esas dificultades que impiden que el posible espectador se entere. Las redes sociales son ahora muy importantes, pero no va a suplir a la televisión y tal vez a la radio, y porque no, a los medios impresos. Y volviendo a las verdades, el teatro por antonomasia tiene que revelar un buen espectáculo escénico, que sea atractivo, competente, profesional y de vanguardia. No podemos seguir jugando a hacer teatro, para eso mejor la gente se queda en su casa viendo telenovelas y jugando a las maquinitas que pueden resultar más atractivas desafortunadamente.

--¿Qué importancia tiene que el mismo dramaturgo monte sus obras?

--Primero es una necesidad, y después es un orgullo poder desarrollar un planteamiento escénico que al momento de la escritura imaginas. El escenario es un monstruo de muchas cabezas, y a veces la perspectiva que tienes cambia radicalmente al momento de realizar tu proyecto, con esto quiero decir que tienes que olvidar que eres el dramaturgo y visualizar la escena como director. Actualmente muchos dramaturgos que a la par son directores y actores montan sus propios textos, primero porque tal vez a nadie le interesa su obra y segundo porque creo, contradiciéndome, puede que su visón teatral resulte modélica.

--¿Cuáles son los criterios que detonan un tema, o los temas?

--El vacío. Con esto me refiero a la gran angustia que padecemos como seres humanos en una sociedad completamente desaforada, fuera de una perspectiva de congruencia elemental, como es el amor, la amistad, y por eso, los valores –sin caer en choros moralistas- han tomado maletas y se han mudado a otra parte menos inhóspita. El tema es a priori la esencia de la obra y tiene que interesar, no sólo al dramaturgo, sino a la comunidad a la que va dirigida, por lo tanto, aunque el tema puede ser universal tiene que tener la virtud de conmover, y con esto me refiero, a despertar del letargo al espectador, de abrazarlo y susurrarle al oído palabras mágicas, porque en ese sentido el teatro es político y puede transformar, pero para eso se necesita talento, capacidad y compromiso Meyerhold era un hombre de teatro que a la vanguardia en su tiempo procuraba el teatro comprometido con las causas, un teatro político, de información poética, y que la postre éste hombre resultó abatido por sus ideas, es decir, torturado y después asesinado por su gobierno porque utilizaba su arte teatral para sensibilizar, lo mismo hizo Brecht y tantos otros, entre ellos Artaud, tal vez el más radical.

--¿Por qué el teatro?


--Porque soy feliz. Y si soy feliz, entonces hago teatro. 

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