sábado, 7 de noviembre de 2009
Feria del libro, oferta para la emoción, reconocimiento a Gerardo Cornejo
“Inaugurar una feria del libro es un acto de co-creación y repartición de uno de los goces, aficiones, hábitos más luminosos que puede disfrutar un ser humano: el de la lectura. Hay de aquellos pobres que no leen, yo les tengo mucha lástima, porque se pierden el lado luminoso de la vida”, palabras de Gerardo Cornejo, durante la inauguración de la Feria del Libro Hermosillo 2009.
Boletín ISC No. 328 / Noviembre 3 / 2009: Año de la lectura
La plaza llena de palabras. Y ritmo para los ojos. Al ponerse la tarde, la actuación de la Banda de Música del Gobierno del Estado fue el preámbulo para inaugurar la décima Feria del Libro de Hermosillo, dos mil nueve.
Si la existencia de la literatura es motivo de celebración para la humanidad, en nuestra sociedad sonorense, un motivo más de alegría es el reconocimiento para con las personas que van por la vida tocando vidas con sus obras.
Y en esa puesta de sol de viernes, el corte de un listón, las palabras de gratitud, fueron el escenario óptimo para reconocer al autor de más de una docena de libros, Gerardo Cornejo, hombre consagrado y dedicado a la construcción de imágenes y emociones.
Ante la presencia de funcionarios de la educación: Óscar Ochoa Patrón, secretario de Educación y Cultura, en representación del gobernador Guillermo Padrés Elías; Fernando Tapia Grijalva, director de Instituto Sonorense de Cultura; entre otros, el escritor oriundo de Tarachi, Sonora, construyó en su oratoria un relato de argumentos por los que hay que leer.
Y allí en la locación sede, la Plaza Zaragoza, frente a los anaqueles que exhiben sus libros, en ese stand que lleva su nombre, Gerardo Cornejo abrió una vez más las compuertas de su conocimiento. La humildad no es un plus cuando la gratitud se requiere. Así lo dejó ver el escrito al exponer sus motivos para la alegría.
Qué quieren que les diga, dijo el narrador, como si sintiera que en ese instante las palabras no alcanzarían para construir la oración a la gratitud. No obstante, la palabra que es su oficio, fluyó desde su voz:
“Dicen que hay cuatro grandes placeres en la vida, que se degustan en la boca: la comida, el vino, los besos y las palabras. ¿Dónde se recogen las palabras? Las palabras se generan en el intelecto y en el alma, pero se expresan en el invento más prodigioso que ha hecho la humanidad: el libro”.
En su exposición, el escritor construyó un ensayo efímero sobre lo determinante que es la lectura en los seres humanos, incrustado ahora en su memoria, porque lo advirtió: ese instante jamás lo olvidará.
¿Qué es lo que un intelectual que antepone la emoción para dejar sus huellas en la vida, puede agradecer? En una virada hacia su izquierda, el escritor, se topó con la mirada del doctor Fernando Tapia Grijalva, y acusó de no poder evitar la gratitud para con este promotor de la cultura.
Después vendría el anuncio de la antología de su obra, por parte del Instituto Sonorense de Cultura, el corte del listón para declarar inaugurada, en punto de las siete con veinticinco minutos, y por el secretario de Educación y Cultura del estado, Óscar Ochoa Patrón, la décima Feria del Libro de Hermosillo, que por buen nombre lleva, el del escritor Gerardo Cornejo.
La feria apenas empieza. En el corazón de Hermosillo, habita la posibilidad de la emoción. Y leer.
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