Alejandro Cossío
Carlos Sánchez
Un día tomó la cámara, hizo un reportaje gráfico,
seleccionó el medio impreso donde le dan mayor respeto a la fotografía. Llegó a
las oficinas de Zeta, en Tijuana, presentó su portafolio aunado a la solicitud
de empleo.
La respuesta fue positiva. Y desde allí hasta el día de
hoy, Alejandro Cossío continúa trabajando para la redacción de uno de los
semanarios de mayor prestigio en el noroeste de México.
Cierto que hubo una vez (cuenta Alejandro), que quiso
tirar la toalla, porque las balas en contra de Jesús Blancornelas, ex director
de Zeta, en ese atentado, intimidaron a Alejandro. Entonces se sinceró con el
director, le expuso los temores. Blancornelas habló con él, le agradeció la
sinceridad, pero a su vez lo persuadió para que se quedara, bajo argumento de
que su fotografía es buena.
Hubo también otro día en que escuchó por escáner
información sobre un ejecutado, se lanzó sobre la nota, al llegar al lugar supo
que se trataba de uno de los editores de Zeta quien yacía dentro de su auto con
la muerte provocada por balas. Hizo las fotos, no sin temblarle el pulso, no
sin lamentarlo.
Desde esos primeros años de forjarse como fotógrafo en la
frontera, hasta estos donde ya cuenta con varios premios, uno de ellos otorgado
por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Alejandro permanece en
la búsqueda de elementos para perfeccionar el oficio.
Hace unos días visitó Hermosillo, a propuesta de
Instituto Sonorense de Cultura, para impartir el Taller de fotografía
documental en el marco del festival anual Fotoseptiembre Sonora 2013.
En esas horas donde la vida es preámbulo para luego
acceder a las tareas laborales, Alejandro Cossío conversó sus conceptos
respecto el oficio:
--Indudablemente
te ha tocado hacer fotografía en tiempos de guerra, ¿qué se necesita para tomar
la cámara e ir por esas fotos donde hay o hubo violencia?
--Particularmente en Tijuana hubo momentos en los que sí
parecía que hubo una guerra dentro de la ciudad, una guerra civil, un grupo
contra otro dándose, el ejército metiéndose, a favor no sé de quién, pero a
favor de alguien.
En el ejercicio fotográfico, más que nada tienes que
partir, o tener un punto de vista de lo que está sucediendo, no se debe ir a
tomar fotos a lo loco, y decir vine a tomar unos muertitos y aquí se acabó, no,
creo que se debe reflexionar por qué está sucediendo eso, tener una posición
ante el problema, una posición crítica, que a la hora de fotografiar
seguramente se notará.
En la práctica se necesita hacer paréntesis, porque si te
petrificas y todo te empieza a asustar no harás nada. Hablando del tema de los
muertos, no me asusta retratarlos, lo que me asusta y me pesa es escuchar a una
madre, sus alaridos a un lado de su ser querido, independientemente si el
muerto era narco, es un humano y no sabemos las razones por las que se
convirtió en narco, algo lo llevó allí, porque si en este país hubiera
oportunidades para la gente, a lo mejor muchos de ellos no hubieran optado por
esos caminos, y son víctimas también de una cierta realidad del país.
--¿Por
qué es importante tener una posición crítica?
--Porque el trabajo, ya sea escrito o fotográfico, si no
se tiene una posición sobre el problema, sobre lo que estés cubriendo, -y aquí
entra la objetividad o subjetividad-, quedaría muy por encimita el tratamiento
que le des a la cobertura. Y pienso que la objetividad es un mito, hablando de
fotografía: cuando elijo tomar una foto y volteo hacia la derecha, ya estoy
escogiendo qué tomar, y de cierta manera estoy siendo subjetivo al elegir
cierto cuadro dentro de los trescientos sesenta grados que se tienen para tomar
y se elige el ángulo, significa que ya se tiene una visión y la claridad de qué
es lo que estéás buscando, y la objetividad quién sabe dónde quedó, aunque esto
no quiere decir que estés falseando las cosas, uno tiene una visión y lo que
nos queda es tratar de ser honestos.
--Partiendo
de lo que comentas, elegir en el momento, ¿cómo hacer para encontrar la
estética de la foto cuando hay premura sobre la marcha, sobre el
acontecimiento?
--Eso no se da de la noche a la mañana, es una
combinación de dos cosas, de la práctica de trabajar en estos temas, de
controlar los nervios, y la otra parte que es la preparación visual, estética.
Todo ocurre muy rápido, pero si te has estado preparando, tomando talleres,
viendo fotografías, se puede llegar a la estética, y también al hacer
fotografías a través del oído al escuchar las sugerencias de los maestros, aprender
a todo mundo, incluso a los fotógrafos
de boda que tienen también una estética aunque retraten el lado cursi de la
vida. Uno debe andar como esponja todo el tiempo, absorbiendo conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario