lunes, 9 de agosto de 2010

Aves de paso de Carlos Sánchez*


He leído completo este libro dos veces. Considerando el poco tiempo que tiene de publicación esto casi pudiera llamarse una hazaña (no lo es, ha sido un placer, de verdad). Soy afortunada, ya que Carlos me hace llegar sus textos prontamente, calientitos aún. Pude así, escribir, hace tiempo unas palabras para presentar el libro y que están en la contraportada del mismo.
Lo he leído de nuevo y quiero agregar algunas impresiones que tal vez sean nuevas, aunque no necesariamente distintas, no demasiado, de las que ya dije antes.
Este es un libro de amor y erotismo y antes no lo mencioné. Plagadas están sus páginas de descripciones de la manifestación amorosa, no siempre placentera y dulce, en ocasiones experiencia dolorosa y triste. El erotismo como pintura para colorear, proteger e impermeabilizar la vida
Encontré, también un factor repetido como temática: A todos, aunque nos cueste reconocerlo, saber de los males en la piel ajena nos resulta alivio, es muy humano, una defensa que nuestro cerebro creó, tal vez, desde los días en que abundaban las enfermedades.
Por eso a veces pensamos cuando la desgracia o el mal día nos llegan a tocar: “¿Por qué a mí?” Porque no creemos ni queremos que nos duela, que nos pegue, que nadie nos lastime….
Así un personaje dice: “Te gusta la música que cuenta historias con desenlace trágico”
Otro: “¿Por qué la cercanía de la muerte nos excita?
Alguien más dice: “Siempre me llamó la atención el dolor de los demás, que debo reconocer nunca me es ajeno. A veces placentero.”
Eso es el morbo que todos podemos reconocer algunos días y que nos hace buscar la nota roja en el periódico, las truculencias de las películas donde el mundo se acaba, las telenovelas…
Deseo ahora, muy breve, hablar de esta portada que en mi lectura primera no conocía aún:
Aquí se ve un avión, una pintura que se llama “Móvil de lejanía” y es de Guillermo Arreola…y en una de estas crónicas, alguien menciona que ”un avión de veloz angustia, implacable me pone debajo de aquel techo galvanizado donde el ruido de la lluvia me asustaba tanto.” Cuánto coincidir.
De este libro se puede afirmar que como pasa constantemente en la prosa de Carlos, es de Mujeres y es de Amor
Y ahora, lo que antes había escrito:

Aves de paso, o lo permanente de la errancia en la memoria

Y si bien “el vuelo de los desamparados no tiene la garantía del retorno”, como alguien en esta crónica dividida en apartados, nos dice, creemos entender que todas estas aves, habitantes que compulsivamente ponen ante nuestros ojos la fugacidad y el absurdo del sueño de trascendencia por todos soñado en esto que llamamos vida, al sortear la suerte, bailar la felicidad, aferrar con las uñas el adiós a las penas, no es que no sientan la pulsación de quedarse, no es que siempre necesiten irse, no es que no sean capaces de permanecer: Su destino es efímero y borroso, así como su vuelo, sostenido por alas que como las de Ícaro resisten poca altura, poco sol, poca luz, poca distancia, poca vida…
“Porque la vida no es cierto que sea para siempre.” En efecto, la vida en la tierra es breve, es fugaz, de temporal. El mismo narrador intenta deshacerse de las alas inútiles, anclarse al recuerdo y poder llegar al instante que ya no volverá, a la mujer que en ninguna otra mujer está, a la risa extinguida, al deseo que no es sino un magnífico invento. El narrador nos da constantemente la lluvia de la música que lo moja todo, que está en todas partes, yéndose; la música es también un personaje que no puede permanecer, sólo sin ir, va goteando.
Saber que algún día estuvimos no sirve de nada. No saberlo es peor pero tampoco sirve.
Cierro con un verso, muy bello, encontrado entre la narrativa:
“Cabe todo, excepto el dulce dolor de saberme muerto en tu memoria.”

Josefa Isabel Rojas Molina,
06 de agosto de 2010,
Cananea, Sonora

*Texto leído en la presentación, viernes 6 de agosto en Cananea, Sonora.

3 comentarios:

Talya dijo...

Me pregunto donde conseguir este libro.

Talya dijo...

Me pregunto donde conseguir este libro.

Carlos Sánchez dijo...

talya: puedes escribirme a: abigaelsc@hotmail.com
nos pondremos de acuerdo para hacértelo llegar. abrazos.