vino después el tropiezo con palabras
tan salvadoras como esa cachuca que encontré
una tarde soleada para rescatarme
del compromiso escolar
porque debíamos cumplir el reglamento
la disciplina deportiva
y estaba allí, dispuesta
con tierra en la visera
descolorida del tiempo encima del corazón de la calle
la cachuca cubrió mi frente
dio la suerte de un jonrón con casa llena
las palabras me advirtieron después de la adolescencia
en la cancha del barrio
cantando hacia el alma y sintiendo la vocación por su ritmo
desde entonces el sol amaina
la libertad se hace mundo en cada frase que me seduce
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