viernes, 27 de enero de 2012

El lema es bailar



Álamos.- El sonido de la tuba da la pauta para el movimiento. Se mueve con enjundia alegre una pareja y los espectadores construyen un círculo, aplauden, cuando menos piensan, sin pensarlo, son parte ya de la fiesta que se improvisa en el umbral del Callejón del beso.
Es el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado en su vigésima octava edición, es la fiesta constante, la diversidad de disciplinas para expresar. Y si allá en el corazón de Palacio Municipal el bel canto se manifiesta, no cabe ya un alma para observar y escuchar la magistral interpretación, acá en la calle los otros cantos, con diversos instrumentos, proponen la consigna: bailar.
Suena la tuba acompañada de acordeón, tololoche, una tarola. Tres instrumentos, muchas miradas, más movimientos de bailadores que prolongan la fiesta. Conforme el círculo humano asciende, el volumen de las notas se intensifican, y aprovechando la emoción, al final de una de las canciones, esa que dice Brinca y verás la cuerda y verás, el tarolero quita su sombrero, lo exhibe entre bailadores, el sombrero se convierte en un cochito para el ahorro. El ritmo retorna. Bailar otra vez.
***
Trompetas y percusiones. En el callejón del Templo, escenario abierto y dispuesto, la fiesta empieza en punto de las nueve con treinta minutos. El bigote se mueve al ritmo de versos. Es el rostro de Luisito Ayala que gesticula, A otro nivel (título de su espectáculo). Luisito se mueve, incita con la euforia, canta en esta noche de salsa desde la agrupación musical Puerto Rican Power.
Debajo del cielo, encima de las notas, allá entre el Callejón, a un costado de las sillas ocupadas todas, otro bigote persigue el ritmo de la orquesta. Baila despreocupado, desparpajado, frente a él la dama rubia de pantalón entallado intenta desaparecer las tapitas de sus zapatillas. Se mueven ambos y sus manos son pájaros en libertad.
La fiesta apenas empieza, o lo que es más concreto, la fiesta se posterga en días de festival. Y sin decirlo, porque el ritmo también es impulso, la alegría un guión no escrito, la consigna es bailar. Puerto Rican Power el argumento feliz en noche de jueves. Y seguir.
***
La madera recibe las palmas de las manos. Suena desde un cajón peruano el ritmo que acompañan ya los pasos de un adolescente, quien juega (literalmente), con fuego.
Una chava de rastras y falda hasta el suelo, con huaraches de vaqueta y un acervo de objetos de metal sobre su rostro, sostiene una esfera que gira en derredor de su cadera. Juegan como infantes y los ojos de los también infantes observan sin parpadear.
A los golpes del cajón peruano se suman las notas de percusiones, maracas, y las voces a ritmo de reggae. Sobre la Plaza de Armas, en la esquina sur poniente, un grupo de chavas adolescentes, vestidas con atuendo vaquero, incorporan sus cuerpos y bailan en derredor de los músicos. Cantan una canción no aprendida. Danzar es prioridad; los versos, si la urgencia es la felicidad en movimiento, son lo de menos.
En el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, el lema (tácito) es bailar. Esta noche otra vez.

No hay comentarios: