martes, 24 de septiembre de 2013

Mi almorrana y yo; tras Eros, dos libros en uno



Enrique Ramos presenta su más reciente producción literaria, este miércoles 25 de septiembre a las 7:15 de la tarde en el Auditorio de la Escuela de Medicina de Universidad de Sonora

Carlos Sánchez

De un tiempo a la fecha utiliza la pluma de manera incesante. Tres ediciones en menos de tres años, y en ellas cuatro títulos, porque el más reciente de sus libros ofrece dos historias, en lectura dual.

Enrique Ramos escribe desde la reflexión personal, no sin antes ser dueño de un bagaje de lecturas excepcionales. En esta conversación cita a sus escritores de cabecera, también aborda los motivos por los cuáles bautiza con sus respectivos nombres a sus libros.

--En una sociedad recatada, podría ser un riesgo intitular un libro: Mi almorrana y yo, o bien el de tras Eros, ¿con esto cuál es el objetivo?

--Llamar la atención. Los títulos son clave para un libro, son el gancho, claro que pueden ser, en este caso, mal necesario, porque el contenido a lo mejor adolece de profundidad y de muchas cosas, pero independientemente de eso ya el lector dirá si el contenido vale la pena o no.

--Tú qué opinas, ¿el contenido vale la pena?

--Claro, digo que sí porque es un intento por crear arte narrativo, a pesar de los títulos, que también es una especie de desafío y de parodia de la literatura en general, porque la pregunta es si es un tema para tratarse literariamente. En la literatura caben todos los temas, y curiosamente yo pensaba que el tema escatológico estaba poco tratado y resulta que no, desde los clásicos antiguos, de Roma y Grecia, están tratados en El Satiricón, en el Decamerón, en la edad Media, en la edad Antigua, en Inglaterra. En Los cuentos de Canterbury hay una muchacha que enseña el trasero y hace que se lo bese un cuate que anda detrás de ellas. Quevedo tiene un ensayo muy bonito, de cinco páginas, que se llama Gracias y desgracias del ojo del culo.

En el tiempo en que escribí Mi almorrana y yo, yo padecía de eso, y la escribí una buena parte en convalecencia en una hamaca, en el campo, me saltó mucho en ese tiempo la lectura de Platero y yo, que la recupero, un libro que nos mostraban en la primaria, en los libros de texto, todo mundo sabe de Platero y yo aunque no todo mundo lo ha leí, y es un libro fregonsísimo, que se lleva a cabo en el campo, con descripciones de paisajes, de animales. Entonces yo agarro el formato, porque Platero y yo son textos cortos, de media página, entonces Mi almorrana y yo está diseñado de acuerdo a este libro.

--Son dos libros en una sola edición, se leen a la inversa, ¿por qué?

--Cuando terminé Mi almorrana y yo me quedó muy pequeño, y pensé en escribir otro, se me ocurrió la idea de escribir tras Eros, por la otra parte, y bueno tras Eros está ligado con Mi almorrana y yo por su cercanía física, pero tras Eros es la historia de cómo la vida le fue presentando las experiencias sexuales a un mexicano, norteño, de los sesenta, que es el caso de muchos que vivimos ese tiempo. Yo no puedo escribir en la forma clásica de elaborar personajes y tramas, a mí se me da escribir en primera persona, reflexiones personales, pero no las presento como si fuera protagónico, de hecho allí discuto que ya hasta el nombre es irrelevante, el personaje se llama Enrique Ramos, igual que yo, pero no soy yo, aunque estén muchas anécdotas mías, no las presento como protagonista sino como un caso. Allí incluyo las impresiones que tuve desde que vi a la primer mujer desnuda, a los cinco o seis años, hasta que paso por cuando vi a una mujer dándole de mamar a su niño, en la lucha, o cuando ya tuve mis primeros contactos sexuales, con amigas o personas de la calle, la iniciación terrible de una primera experiencia a propuesta del padre, con una prostituta, forzados por la carrilla de no eres hombre, y eso realmente no se lo deseo a nadie, no es lo mejor para vivir una sexualidad, la sexualidad es una fuente de placer muy chingona como para estarla forzando.

--¿Qué te deja la construcción de estos dos libros?


--He leído o escuchado  autores que dicen ‘este libro lo empecé hace veinticinco años’, ah, cabrón, digo, cómo pueden hacerle para durar tanto tiempo. Pero bueno, hace veinte años recibí un libro de Umberto Eco, que se llama Obra abierta, en ese libro, que es ensayo sobre estética, Eco se refiere a Mallarme, este poeta francés, que él dice que estaba escribiendo un libro que se iba a llamar Libro, y que era su obra total, el libro perfecto que él buscaba escribir, y nunca lo escribió, pero lo describe y dice que es un libro sin principio ni fin, con muchas ambigüedades, que es se puede leer en cualquier parte y en cualquier orden, y tiene sentido. Yo me quedé con esa idea, y cuando se vino este libro me dije haré el intento de un libro que se pueda leer así. 

No hay comentarios: